Vivir buscando el Norte, esa es mi lucha personal. El norte como horizonte, el norte como infinito, como respiro, como suspiro. El norte como sueño...
lunes, febrero 22, 2010
YA ESTÁN AQUÍ.
Para mí, no hay aroma comparable al de un ramito de violetas.
Aunque la vida de estas flores sea efímera, aunque pasen desapercibidas en muchas ocasiones y parezcan delicadas, aunque no sean precisamente ostentosas, son bellas, porque no hay nada tan valioso como lo sencillo.
Las violetas me inspiran poesía y romanticismo. Hoy, alguien me ha hecho llegar el primer ramito de la temporada, y ando por las nubes, para variar, llena de alegría, cual Campanilla cerca de Peter Pan. Está claro, la felicidad está en aquellas pequeñas cosas que hacen nacer en nuestros labios la primera sonrisa del día.
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6 comentarios:
Pues sí, las flores dan alegría! Fíjate que Mayte ha hablado de sus margaritas, y tu de las violetas y yo he comprado tulipanes! Manana pondré una foto en el blog. A mi los tulipanes me gustan mucho. Pero a mi me gustan todas las flores! Besitos
Alicia: Será que añoramos la primavera. A mí me gustan las violetas y si tengo que decir el nombre de una flor que me entusiasme son esas. Los tulipanes también llaman mucho mi atención junto con las margaritas, son flores que tienen un encanto y una personalidad muy especial. Ya me dejaré caer a ver los tulipanes. ¡Buenos días!
Jolín, cuanto jardín!!
(con rima y todo, eh)
La verdad es que las violetas tb son especiales, son un poco salvajes, transmiten ..., aunque para mí como las margaritas...
Besirrinines
Mayte: Para gustos colores, afortunadamente.
Lorena!
Mi ciudad, Flen, en Suecia, se llaman la ciudad de la violeta. Hay una canción de Ulf Peder Olrog, que se llama La violeta de Flen.
La "violeta" era una mujer que trabajaba en una librería aquí y a la que Olrog encontró en el tren a Strängnäs.
La canción va así:
Está una hermosa hija
en una librería en Flen
soñando entre libros tan sola.
Hay muchas cosas para vender
papeles y sobres, pero se anuncia así:
Compre un Hjalmar Gullberg, o un Vilhelm Moberg, pero cómprelo de la violeta de Flen.
La educación y cultura
son animales raros,
les da la violeta de Flen.
(Esta canción escribió en 1945, cuando nací yo, y mi tía, Ellen era nana en la casa del compositor)
Gerardo: ¡Qué historia tan interesante y tan bonita!. Me voy a visitar Flen a través de internet, pero tiene un nombre precioso con una historia muy interesante. Me ha encantado conocer la canción. Gracias por compartirla. ¡Un abrazo Gerardo!
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